Todo ello pasó en Świnice, el 27 de agosto de 1905 a la una de la tarde. Vino Stanisław Kowalski, granjero de 40 años de edad, procedente de Głogowiec, acompañado por Franciszek Bednarek de 35 años y Józef Stasiak de 40 años, ambos granjeros de Głogowiec, y nos presentaron un bebé de sexo femenino, nacido en el pueblo de Głogowiec el 25 de agosto a las ocho de la mañana por su mujer casada, Marianna nacida Babel de 30 años. Durante el bautismo, administrado al bebé el mismo día, se le puso el nombre de Helena. Sus padrinos eran: Konstanty Bednarek y Marianna Szewczyk.
Esta descripción de la ceremonia de bautismo dejó en el registro parroquial el párroco p. Józef Chodyński, que en su día bautizó a la pequeña Helena Kowalska. La partida de bautismo fue elaborada en ruso, visto que Polonia no existía en los mapas de Europa, estando bajo la ocupación. El padre de Helena, Józef Chodyński, fue el único en firmar dicha relación en polaco, mientras que los padrinos la confirmaron en el lugar indicado con una equis, ya que eran personas iletradas. En la antigua iglesia parroquial, que es hoy el Santuario del Nacimiento y Bautismo de santa Faustina, está la misma pila bautismal, junto a la cual Helena Kowalska se convirtió en una hija de Dios y miembro del Cuerpo Místico de Cristo, tras ser bautizada dos días después de su nacimiento, en la vigilia de la fiesta de Nuestra Señora de Częstochowa. La gracia del bautismo creció en su vida y le permitió alcanzar plena unión mística con Dios ya en la tierra. Hoy en día la veneramos como la Apóstol de la Divina Misericordia, porque Jesús la eligió la profeta de nuestros tiempos y la mandó al mundo con el mensaje de la Misericordia.