Una resolución no solo para la Cuaresma
Para el periodo de la Cuaresma normalmente hacemos algunas resoluciones y los más frecuentes son los hechos que pidió Jesús: la limosna, la oración y el ayuno, cumplidos en secreto por la pura intención de amor a Dios y a la gente y no para el aplauso o la aprobación. También santa Sor Faustina solió practicarlos. Pero en su vida monástica tenía una resolución especial que cumplía no solo en la Cuaresma, pero siempre, esto es: se juntaba con Jesús Misericordioso, que vivía en su alma, mediante algún acto largo. Cuando quería cambiar esta resolución, Jesús no la dejó hacerlo, porque esta práctica diaria llevaba a desenvolvimiento de un vínculo profundo con Él, a vivir la cotidianidad junto con Él.