Antes de la Solemnidad de San José, desde el 11 de marzo, tradicionalmente se celebra una novena a San José en todos los conventos de la Congregación de las Hermanas de la Madre de Dios de la Misericordia.
San José es uno de los santos patronos de la Congregación y ha sido objeto de gran veneración desde el principio. Sus imágenes adornan todas las capillas de la Congregación. La mayoría de las veces, tiene un altar separado en el lado derecho del presbiterio, como en el Santuario de la Divina Misericordia en Cracovia-Łagiewniki. Sus estatuas se encuentran en los pasillos de los monasterios, en las celdas, en los lugares de servicio apostólico, así como en los jardines y patios de los monasterios. Es el guardián de todas las propiedades, casas y monasterios, y por lo tanto se encarga de todo, no sólo de los asuntos materiales, con los que se le asocia más a menudo, sino también, y quizás sobre todo, de los asuntos espirituales de las comunidades de nuestra Congregación y de las obras que llevan a cabo. Las Hermanas le llaman «Protector» y «Padre» y así se dirigen a él en sus oraciones, seguras de que «nadie ha oído jamás que alguien que recurra a sus cuidados y pida ayuda se quede sin consuelo». En caso de urgencia, le envían «telegramas» en los que enumeran problemas muy concretos que hay que resolver.