Los mayores milagros de la Divina Misericordia se realizan en el confesionario, pues es donde se pasa de la muerte del pecado a la vida. Jesús le dijo a Santa Sor Faustina: Di a las almas que es en el tribunal de la misericordia donde han de buscar consuelo; allí tienen lugar los milagros más grandes y se repiten incesantemente. Para obtener este milagro no hay que hacer una peregrinación lejana ni celebrar algunos ritos exteriores, sino que basta acercarse con fe a los pies de Mi representante y confesarle con fe su miseria y el milagro de la Misericordia de Dios se manifestará en toda su plenitud. Aunque un alma fuera como un cadáver descomponiéndose de tal manera que desde el punto de vista humano no existiera esperanza alguna de restauración y todo estuviese ya perdido. No es así para Dios. El milagro de la Divina Misericordia restaura a esa alma en toda su plenitud. Oh infelices que no disfrutan de este milagro de la Divina Misericordia; lo pedirán en vano cuando sea demasiado tarde (Diario 1448). En el Santuario de la Divina Misericordia, en Cracovia-Lagiewniki, los sacerdotes tienen turnos diarios de confesión en los confesionarios: en la basílica desde las 8:00 hasta las 18:00. Como durante la Semana Santa los confesionarios quedan colapsados de tanta gente que viene a confesarse, no merece la pena dejar la confesión para lo últimos días antes de la Pascua.