En la Congregación de las Hermanas de la Madre de Dios la Misericordia, el primer día de noviembre se celebra, no sólo como la fecha en la que la Iglesia rinde homenaje a todos los santos, sino también como el aniversario de la fundación de la Congregación en Polonia. En un día como este, en 1862, el arzobispo Zygmunt Szczęsny Feliński consagró la capilla y la primera Casa de la Misericordia en Varsovia, en la calle Żytnia. En este día, las hermanas conmemoran de nuevo, de manera especial, la historia temprana de su Congregación. Recuerdan a su fundadora, M. Teresa Eva de los príncipes Sułkowski y condesa Potocka. Ella, quien aceptó la invitación del Arzobispo Szczęsny Feliński, llegó a Varsovia para ayudar a las mujeres «caídas» precisadas de ayuda, para que pudieran volver a tener una vida digna, asumiendo un trabajo basado en el modelo de la Casa de la Misericordia, en Laval (Francia), donde tomó el modelo para el trabajo apostólico y la vida religiosa. Junto con toda la Iglesia, las hermanas rinden honor también a todos aquellos que han alcanzado la meta de la vida: la unión con Dios para siempre. De entre este grupo, se encuentran la gran Apóstol de la Divina Misericordia, que ha sido elevada a los altares, conocida en todo el mundo como santa Sor Faustina Kowalska, cofundadora espiritual de la Congregación, el Arzobispo san Zygmunt Szczęsny Feliński, así como las hermanas difuntas, las pupilas y los apóstoles de la Divina Misericordia de la asociación «Faustinum», que participan en la misión de la Congregación mediante su empeño por hacer presente en el mundo el amor misericordioso de Dios, labor que realizan con su testimonio de vida, mediante la acción, de palabra y con la oración. Las hermanas en todos los conventos de la Congregación agradecen el «ayer» de la Congregación, encomendando a la misericordia de Dios el «ahora» y el «futuro», para que en ella se cumplan todos los planes de Dios.