La tercera semana de Adviento la dedicaremos a meditar sobre el misterio de la misericordia de Dios en el nacimiento de Su Hijo. Santa Faustina escribió: “Se hace el milagro de Tu misericordia, oh Señor. El Verbo se hace Carne, Dios habita entre nosotros, el Verbo de Dios, la Misericordia Encarnada. Nos has elevado a tu divinidad a través de tu humillación; es el exceso de Tu amor, es el abismo de Tu misericordia. Los cielos se asombran de este exceso de Tu amor, ahora nadie tiene miedo de acercarse a Ti. Tu eres Dios de la misericordia, tienes piedad de la miseria, eres nuestro Dios y nosotros Tu pueblo. Tú eres nuestro Padre y nosotros por Tu gracia somos Tus hijos. Sea glorificada Tu misericordia por haberte dignado descender a nosotros.” (Diario 1745). Con Santa Sor Faustina meditemos el amor misericordioso de Dios en el milagro del nacimiento del Hijo de Dios en el establo de Belén y en el alma del hombre. Démosle gracias por querer estar tan cerca de nosotros desde el nacimiento a través de todos los acontecimientos de la vida hasta la muerte, para vivir con nosotros en la casa del Padre y hacernos herederos del cielo.