Meditación sobre la Pasión de Cristo. En el periodo de Cuaresma meditamos sobre el sufrimiento de Jesús más frecuentemente, el sufrimiento que aceptó por el amor hacia nosotros y por nuestra salvación. Participamos en los oficios del Vía Crucis y otros, leemos los pasajes de la Biblia que anuncian y cuentan los acontecimientos pascuales. Jesús enseñó a Sor Faustina y, por lo mismo lo enseña a nosotros, que considerase Su martirio de tal forma como si lo hubiera aceptado solo por ella (“Diario” 1761).Jesús explica: Una hora de meditación de Mi dolorosa Pasión tiene mayor mérito que un año entero de flagelaciones a sangre; la meditación de Mis dolorosas llagas es de gran provecho para ti y a Mí. Me da una gran alegría (“Diario” 369). Hija Mía, medita frecuentemente sobre Mis sufrimientos que padecí por ti y nada de lo que tú sufres por Mí te parecerá grande. Me agrada más cuando contemplas Mi dolorosa Pasión; une tus pequeños sufrimientos a Mi dolorosa Pasión para que adquieran un valor infinito ante Mi Majestad (“Diario” 1512). Al tratar de seguir las indicaciones de Jesús Sor Faustina profindizó en el misterio del amor misericordioso de Dios hacia cada persona y dio las gracias a Jesús por ese libro del que aprendía a amar a Dios y al hombre. Este gran libro es Tu Pasión afrontada por amor hacia mí. De este libro he aprendido cómo amar a Dios y a las almas. En él están encerrados inagotables tesoros para nosotros. Oh Jesús, qué pocas son las almas que Te entienden en Tu martirio de amor. Oh, qué grande es el fuego del amor purísimo que arde en Tu Sacratísimo Corazón. Feliz el alma que ha entendido el amor del Corazón de Jesús (“Diario” 304).