El Movimiento Apostólico de la Divina Misericordia comenzó a desarrollarse aún en vida de santa Sor Faustina, en la medida en la que se iba divulgando la devoción a la Divina Misericordia en las formas transmitidas por ella. En 1937, el Padre Miguel Sopoćko hizo imprimir unas estampas con la Coronilla a la Divina Misericordia, y un pequeño libro de oraciones a la Divina Misericordia titulado: Christus, Król Miłosierdzia (Cristo, Rey de Misericordia, primera edición en Cracovia, 1937). Las hermanas de la Congregación de las Hermanas de la Madre de Dios de la Misericordia, que fueron quienes recibieron en primer lugar dichas estampas, así como las demás personas que las fueron recibiendo, al rezar las oraciones allí comprendidas ya estaban iniciando la tarea de implorar la misericordia de Dios para el mundo, creando así los primeros grupos de personas en el Movimiento Apostólico de la Divina Misericordia.
El dinámico desarrollo de la devoción a la Divina Misericordia, y en paralelo del Movimiento Apostólico de la Divina Misericordia se corresponde con los años de la segunda guerra mundial y la posguerra. En esos tiempos tan difíciles, la gente buscaba esperanza, luz y fuerza en la misericordia de Dios, y por ello las estampas de Jesucristo Misericordioso, la Coronilla y la Novena dictadas a Sor Faustina gozaban de gran popularidad. Crecían las legiones de devotos de la Divina Misericordia, se creaban nuevas comunidades, apostolados, centros que emprendían la tarea de difundir el culto de la Divina Misericordia.
Ese vivo proceso fue frenado en 1959 tras la publicación por la Santa Sede de la Notificación, la cual prohibió la divulgación de la devoción a la Divina Misericordia en la forma transmitida por Sor Faustina. La Notificación de la Santa Sede fue obedecida por la Congregación de las Hermanas de la Madre de Dios de la Misericordia, y también por otros centros de culto de la Divina Misericordia, entre otros, el de Stockbridge de los Padres Marianos en EEUU, los cuales dejaron de divulgar cualquier tipo de material relacionado con la vida y misión de santa Faustina, tales como los libros, cuadros, libritos devocionales conteniendo las formas de culto transmitidas por santa Faustina. Este período, que duró 19 años, ya había sido predicho por Sor Faustina. No obstante, no fue un tiempo perdido, pues durante este tiempo se llevó a cabo el proceso diocesano sobre la vida y las virtudes de Sor Faustina, durante el cual el Padre Prof I. Rożycki realizó un examen a fondo de los escritos teológicos de Santa Faustina y sentó unas bases sólidas para la devoción a la Divina Misericordia en la forma transmitida por santa Faustina. Los Padres Palotinos organizaron simposios teológicos dedicados al misterio de la misericordia y a la misión de Santa Faustina, cuyos frutos fueron diversos libros y publicaciones.
Después de la revocación de la Notificación, que tuvo lugar en abril de 1978, se inició una nueva etapa en el desarrollo del Movimiento Apostólico de la Divina Misericordia, etapa que dura hasta el día de hoy, y en la que se han comprometido congregaciones religiosas ya existentes y otras de nuevas, cofradías, asociaciones, grupos de apostolado, comunidades y personas que adoptan la tarea de difundir el mensaje de la misericordia al mundo de forma individual mediante el testimonio de vida en un espíritu de confianza hacia Dios y con una disposición de ejercer la misericordia hacia los demás, a través de obras de misericordia, de palabra y con la oración. La beatificación y canonización de Santa Faustina representó un gran impacto en el desarrollo de este Movimiento, así como las enseñanzas del Papa Juan Pablo II (entre otras la Encíclica «Dives in Misericordia»). También fueron muy relevantes las visitas del Santo Padre al Santuario de la Divina Misericordia en Cracovia-Łagiewniki. Hoy en día, el Movimiento Apostólico de la Divina Misericordia abarca a millones de personas en todo el mundo, las cuales siguen llevando a cabo, de diversas maneras, la misión de Sor Faustina.
«La nueva congregación», es decir, el Movimiento Apostólico de la Divina Misericordia comenzó a desarrollarse aún en vida de Santa Faustina, aunque ella no era consciente de que la obra que le había sido encomendada por Jesucristo ya se estaba realizando. Su desarrollo paulatino empezó en el momento de llevar a la práctica la devoción a la Divina Misericordia en las formas por ella transmitidas. Pues el Padre Miguel Sopoćko publicó las estampas con la Coronilla a la Divina Misericordia, y también un pequeño libro con oraciones titulado: Christus, Król Miłosierdzia (Cristo, Rey de Misericordia, primera edición en Cracovia, 1937). Las personas que rezaban con confianza la Coronilla a la Divina Misericordia, la Novena o las letanías compuesta por el padre Sopoćko, estaban viviendo ya una de las tareas del Movimiento Apostólico de la Divina Misericordia, es decir, la labor de implorar la misericordia de Dios para el mundo entero. En una carta que santa Faustina escribió al padre Sopoćko, le decía: nuestra congregación ha comprado ya bastantes libros. La Madre Irene los difunde, repartiendo estampas y libritos. Hablamos de la posibilidad de ponerlos en la portería para poder distribuirlos desde allí, y a uno de los padres jesuitas que da misiones por toda Polonia, la Madre le entregó 50 libros. A continuación, Sor Faustina informó a su confesor, explicándole que los libros también se ha- bían distribuido entre las hermanas de la Congregación, a excepción de la casa de Cracovia, donde ella vivía, para mejor guardar discreción en relación con las apariciones. A petición del Señor (Diario 1070), el primer domingo después de Pascua del año 1937 tuvo lugar en el convento de Cracovia una adoración al Santísimo Sacramento para implorar la misericordia de Dios para el mundo entero; al acabar la adoración, Sor Faustina oyó las siguientes palabras: Mi Corazón ha descansado hoy en este convento (Diario 1074). Sí, efectivamente Sor Faustina junto con las demás hermanas y los laicos que se unieron a esta oración fueron quienes empezaron a practicar la devoción a la Divina Misericordia, empezando así a realizar la tarea de predicar e implorar la misericordia de Dios para el mundo entero.
En Vilna, mientras tanto, el padre Sopoćko, inspirado por las revelaciones de su penitente, comenzó a contemplar y profundizar el misterio de la Divina Misericordia, lo que fructificó en una diversidad de artículos y libros en los que, desde un punto de vista teológico, procuraba mostrar el culto de la Divina Misericordia en la liturgia de la Iglesia, así como la necesidad de introducir en la liturgia la Fiesta de la Divina Misericordia, para llamar la atención de los creyentes sobre » el mayor atributo de Dios”. Así pues, todavía en vida de Santa Faustina, la idea del Movimiento Apostólico de la Divina Misericordia comenzó a crecer poco a poco en su Congregación de origen y fuera de ella, principalmente a través de los esfuerzos del padre Sopoćko y de la Madre Superiora del convento de Cracovia de la Hermanas de la Madre de Dios de la Misericordia, la M. Irena Krzyzanowska.
El desarrollo dinámico del Movimiento Apostólico de la Divina Misericordia coincidió con los años de la Segunda Guerra mundial, cuando refugiados y soldados distribuyeron por doquier el mensaje de esperanza de la Divina Misericordia transmitido por Sor Faustina, cuyo signo visible eran las estampas con la imagen de Jesús Misericordioso. El centro del dinámico desarrollo del culto continuó siendo Vilna, donde los fieles seguían venerando la primera imagen de Jesús Misericordioso en la iglesia de San Miguel. Allí, El padre Sopoćko dio a conocer a los fieles a Sor Faustina como la iniciadora de la devoción a la Divina Misericordia, e hizo todo lo que estaba en su poder a favor de la propagación del culto. las comunidades de las Hermanas de la Madre de Dios de la Misericordia se rezaba la Coronilla a la Divina Misericordia, la Novena que precede a la Fiesta de la Divina Misericordia, y en las capillas se colgaron imágenes de Jesús Misericordioso. La Superiora General, la Madre Michaela Moraczewska reveló la misión de santa Faustina. En 1943, el pintor Adolfo Hyla ofreció a la Congregación pintar la imagen de Jesús Misericordioso como voto para agradecer el hecho de que su familia hubiera sido preservada de los horrores de la guerra, imagen que pintó para ser colgada en la capilla del convento; el confesor de Santa Faustina en Cracovia, el Padre José Andrasz SJ, inició una oración en honor y gloria de la Divina Misericordia en la capilla del convento de la Congregación en Łagiewniki cada tercer domingo del mes, celebración a la que asistían muchos habitantes de Cracovia y de sus alrededores. Las diversas casas de la Congregación se convirtieron en centros de oración para suplicar la misericordia de Dios y proclamar los mensajes de la misericordia transmitidos por Sor Faustina. Las Hermanas distribuían las estampas con la Coronilla a la Divina Misericordia y pequeñas medallas, que metían en paquetes con ayuda que enviaban a los campos de concentración y a las prisiones.
A la difusión de la devoción a la Divina Misericordia en las formas transmitida por Sor Faustina contribuyeron también los repatriados y soldados del Ejército Polaco, creado en Rusia en 1941, que cruzó varios países, llegando a Irán, Palestina, Egipto, y de allí a los frentes de África e Italia. En sus filas, los capellanes y soldados practicaban por sí mismos la devoción a al Divina Misericordia en las formas transmitidas por Sor Faustina, al mismo tiempo que la difundían repartiendo las estampas y libros de oraciones a la Divina Misericordia publicados especialmente en la editorial de campo en Jerusalén.
Ya durante la Segunda Guerra mundial se constituyó un centro para difundir el culto de la Divina Misericordia en los EE.UU., donde llegó milagrosamente de Rusia, el Padre José Jarzębowski, de la Congregación de los Padres Marianos, que trajo desde Vilna una memoria del Padre Miguel Sopoćko sobre la devoción a la Divina Misericordia. Al poco tiempo, la Hermanas Felicianas editaron un libro que incluía la novena, las letanías, la Coronilla a la Divina Misericordia y la imagen de Jesús Misericordioso, con una introducción escrita por el P. José Jarzębowski, titulado Ojciec miłosierdzia (Padre de misericordia). La edición se agotó rápidamente, y las muestras de agradecimiento por las gracias recibidas y las peticiones de la gente para que se editara nuevamente el libro hicieron que la provincia americana de los Padres Marianos tomara la decisión de crear en Stockbridge, un centro dedicado al Apostolado de la Divina Misericordia, lugar donde desde aquel tiempo se había promovido la misión de Sor Faustina con la publicación de estampas, artículos, libros y folletos, tanto en polaco como en inglés; también se difundía la devoción mediante el apoyo a iniciativas de este tipo en otros países: en Bélgica (el Padre Jacek Przygoda), en Francia (el Padre Francisco Cegiełka) y el padre Skudrzyk SJ (en Alemania, Austria, Suiza y Australia); todos ellos fueron popularizando la devoción a la Divina Misericordia a través de muy diversas publicaciones.
En muchas capillas e iglesias, tanto en Polonia como en el extranjero, ya durante la guerra, se colocaron cuadros con la imagen de Jesús Misericordioso ante las cuales la gente pedía gracias para ellos mismos y para el mundo; solían rezar sobre todo la Coronilla a la Divina Misericordia, la novena y las letanías. Allí donde el culto de la Divina Misericordia se propagaba, los fieles solían celebrar también la Fiesta de la Misericordia Divina, de un modo particular el primer domingo después de Pascua, con una multitud que acudían a recibir los sacramentos. Los años de la cruel Guerra Mundial, debido a las difíciles condiciones de vida y a la gran migración de población que se produjo, contribuyeron a impulsar paradójicamente la proclamación de la Divina Misericordia, alentando a implorarla para el mundo entero, es decir, a llevar a cabo las tareas del Movimiento Apostólico de la Divina Misericordia. Durante aquellos años, aumentó rápidamente el número de fieles que se comprometieron en esta obra.
También los años de la posguerra, hasta el año 1959, fueron un período de un dinámico desarrollo del Movimiento. Surgieron entonces varios centros que divulgaban la misión de Sor Faustina, entre otros, en Inglaterra, Francia, Italia, y gracias a los esfuerzos del centro de los Padres Marianos en Stockbridge los materiales sobre la misericordia de Dios publicados en inglés llegaban a varios países, entre otros a: Canadá, Australia, Nueva Zelanda, Asia y África. Estos materiales publicados en inglés, es decir, las oraciones, estampas y el libro del Padre J. Andrasz, Miłosierdzie Boże, Ufamy Tobie (Divina Misericordia, confiamos en Ti), fueron traducidos también al español, francés, portugués y otros idiomas. La devoción a la Divina Misericordia se popularizó en muchos países, entre otros en México, Argentina, Colombia, Ecuador, Chile, Uruguay, Perú, Guatemala, El Salvador, España, Portugal, donde se publicó el popular libro del padre Andrasz, Divina Misericordia, confiamos en Ti.
Ya en aquellos días se publicaban imágenes y estampas de Jesús Misericordioso, no sólo en polaco, inglés, francés, español e italiano, sino también en otras lenguas europeas como portugués, eslovaco, húngaro, lituano, ucraniano, letón y en varios idiomas asiáticos, como lenguas de la India y de las Filipinas, y algunas lenguas locales de África. En muchos países la devoción a la Divina Misericordia fue difundida no sólo por los sacerdotes, sino también por las personas laicas, básicamente a través de las iniciativas editoriales, la difusión de la información y materiales sobre la devoción a la Divina Misericordia, y creación de grupos de devotos de la Divina Misericordia junto a las parroquias.
Además de los libritos de devoción popular, folletos y libros con la vida y misión de santa Faustina, también se publicaron artículos y trabajos para profundizar el culto de la Divina Misericordia desde una óptica teológica. Justo después de la guerra mundial, apareció un libro del P. Jacek Woroniecki OP, titulado Tajemnica miłosierdzia Bożego (El secreto de la Divina Misericordia), así como numerosas publicaciones del padre M. Sopoćko, entre otros: De Misericordia Dei deque instituendo (Sobre la Misericordia Divina y la institución de la Fiesta de la Misericordia Divina), O święto Najmiłosierniejszego Zbawiciela (Sobre la fiesta del misericordioso Salvador), Poznajmy Boga w Jego miłosierdziu (Conozcamos a Dios en el misterio de su Misericordia). Sus obras aparecieron también traducidas al inglés, francés e italiano.
El desarrollo espontáneo del Movimiento Apostólico de la Divina Misericordia quedó frenado por la Notificación de la Santa Sede en 1959, la cual prohibió la divulgación de la devoción a la Divina Misericordia en las formas transmitidas por Sor Faustina; no obstante, la cuestión de si se debía eliminar o no las imágenes de Jesús Misericordioso de las iglesias, la Santa Sede la dejó en manos de la prudencia de los párrocos de las parroquias. La Notificación fue debida, entre otros, a una traducción errónea de algunos fragmentos del Diario de santa Faustina, así como a una propagación y práctica de la devoción a la Divina Misericordia inadecuadas (por ejemplo, interpretar los rayos de la imagen como si de los colores nacionales polacos se tratara, es decir, los colores de la bandera polaca).
La Notificación de la Santa Sede fue fielmente obedecida por la Congregación de las Hermanas de la Madre de Dios de la Misericordia, y también por otros centros de culto de la Divina Misericordia, entre otros, el de Stockbridge en EEUU. En aquel entonces, se dejó de divulgar cualquier material relacionado con la vida y misión de santa Faustina, tales como los libros, cuadros, libritos devocionales con oraciones, folletos, medallas, etc.
Sin embargo, el culto de la Divina Misericordia se mantuvo vivo gracias a los laicos, que hicieron presión allí donde pudieron para que no se eliminaran las imágenes de Jesús Misericordioso de las iglesias; también siguieron rezando la Coronilla a la Divina Misericordia y otras oraciones a la Divina Misericordia, no sólo de un modo privado, sino también en las iglesias. Los fieles, trataban de alabar la Misericordia a través de la oración y ejerciendo la caridad mediante obras de misericordia, tal como testifican algunos informes de grupos parroquiales de adoradores de la Divina Misericordia.
El período de la Notificación de la Santa Sede duró 19 años, tal como la misma santa Faustina había predicho. Este período resultó ser una bendición, puesto que durante este tiempo, tomando en consideración las necesidades del proceso de beatificación, y siguiendo instrucciones del entonces cardenal arzobispo de Cracovia, Karol Wojtyla, el padre Profesor I. Rozycki realizó un examen a fondo de los escritos teológicos de Santa Faustina y sentó unas bases sólidas para la devoción a la Divina Misericordia en la forma transmitida por santa Faustina. El Padre Prof. Rozycki supo exponer la esencia y las formas de dicha devoción como oraciones que seleccionó a partir de una variedad de oraciones extraídas del Diario, teniendo en cuenta, como criterio, las promesas de Jesús relacionadas con su práctica.
A la luz de estos criterios, las nuevas formas de devoción son: la imagen de Cristo con la inscripción: Jesús, en Ti confío, la Fiesta de la Divina Misericordia el primer domingo después de Pascua, la Coronilla a la Divina Misericordia y la oración de las tres de la tarde, en la hora de la agonía de Jesús, llamada normalmente “la hora de la Misericordia”. Para cada una de estas formas de devoción, y también para poder propagar el culto a la Divina Misericordia, el Señor Jesús asoció grandes promesas, a condición de que fuera una práctica auténtica, es decir, en un espíritu de confianza hacia Dios y de ejercer la misericordia con los demás. La esencia de la devoción a la Divina Misericordia es la actitud de confianza hacia Dios que se expresa en el cumplimiento de su voluntad, y la actitud de caridad hacia el prójimo, mediante la acción, la palabra o la oración, y todo eso hecho por amor a Jesús.
El período de Notificación también conllevó nuevos estudios de teólogos polacos sobre el misterio de la misericordia de Dios y la misión de santa Faustina, cuyas conclusiones fueron presentadas en los congresos organizados por los Padres Palotinos en Oltarzew y Czestochowa. Los resultados de estos estudios fueron publicados en dos volúmenes titulados: El Evangelio de la Misericordia y Su misericordia por los siglos de los siglos. Estos trabajos aparecieron al mismo tiempo en que fue publicada la mayor obra del P. Miguel Sopoćko, que son tres volúmenes titulados: Miłosierdzie Boga w dziełach Jego (La Misericordia de Dios en sus obras), obra en la que el autor expone el misterio de la misericordia de Dios en la Creación, así como en la vida, Muerte y Resurrección de Cristo y en la Iglesia.
Después de la revocación de la Notificación, que tuvo lugar en 1978, comenzó una nueva etapa en el desarrollo del Movimiento Apostólico de la Divina Misericordia, favorecida por la recién publicación de la Encíclica Dives in Misericordia, de Juan Pablo II, también por la beatificación y canonización de Sor Faustina, la visita del Santo Padre al Santuario de la Divina Misericordia en Cracovia-Łagiewniki y sus numerosos discursos y homilías , lo que muestra su vivo interés por el mensaje de la Divina Misericordia.
El Santuario de la Divina Misericordia en Cracovia-Łagiewniki se ha convertido en el centro principal del Movimiento Apostólico de la Divina Misericordia, célebre por las cuantiosas gracias y beneficios que la gente recibe a través de la imagen milagrosa de Jesús Misericordioso y por las reliquias de Sor Faustina, que yacen bajo la imagen en un altar lateral. El Santo Padre le dio a este lugar el nombre de “capital de la devoción a la Divina Misericordia” (1985). En este lugar lo percibimos de modo particular. En efecto, aquí surgió el mensaje de la Divina Misericordia que Cristo mismo quiso transmitir a nuestra generación por medio de la beata Faustina – dijo durante una visita al santuario de Łagiewniki el 7 de junio 1997.
En Polonia y en el mundo entero, después de la revocación de la Notificación, los diversos centros de culto de la Divina Misericordia fueron reabriendo sus actividades de divulgación de la Misericordia Divina (entre otros, los conventos de la Congregación de las Hermanas de la Madre de Dios de la Misericordia, los Padres Marianos en los Estados Unidos, los Padres Palotinos, las Hermanas de Jesús Misericordioso). Se han fundado también muchas nuevas congregaciones religiosas (entre otras, los Ermitaños de la Misericordia, en Eslovaquia, las Siervas de la Divina Misericordia, la comunidad de los Hermanos de Jesús Misericordioso), diversas asociaciones, cofradías, grupos de apostolado y comunidades parroquiales. Un papel especial en este movimiento, debido a la magnitud y al programa formativo, lo tiene la Asociación de los Apóstoles de la Divina Misericordia, erigida por el metropolitano de Cracovia, el cardenal. Franciszek Macharski en el Santuario de la Divina Misericordia en Cracovia-Łagiewniki (1996) – La Asociación Apóstoles de la Divina Misericordia «Faustinum», que reúne a sacerdotes, personas consagradas y fieles laicos de todo el mundo.
Simposios y congresos alrededor del misterio de la Divina Misericordia, que se organizan en el Santuario de Cracovia-Łagiewniki, así como en Roma y en todos los continentes, son el mejor testimonio del gran dinamismo del desarrollo que tiene el Movimiento Apostólico de la Divina Misericordia, así como las parroquias y santuarios de la Divina Misericordia que aparecen… Baste mencionar que en vida de Santa Faustina, no había en Polonia ninguna iglesia parroquial bajo la advocación de la Divina Misericordia. Hoy en día, ya son mas de 200 las iglesias que están bajo la advocación de la Divina Misericordia, o bien de Jesús Misericordioso o de Santa Faustina, incluyendo unos 20 santuarios diocesanos de la Divina Misericordia. Un proceso similar, aunque no tan dinámico como en Polonia, tiene también lugar en otros países. Han aparecido un sin fin de publicaciones y de numerosos trabajos sobre Santa Faustina y el mensaje de la misericordia, y siguen haciéndose nuevas traducciones del «Diario», lo que conlleva un enorme esfuerzo para abastecer y llevar a cabo tan grandes tiradas de esta obra en diversas lenguas, para poder publicar una rica información sobre el tema en los medios de comunicación, en Internet, etc. Pero cabe destacar, y quizás es lo más importante, la experiencia personal del amor misericordioso de Dios, que hace que año tras año aumente el número de personas fascinadas con el misterio de la misericordia de Dios, y que quieren formarse en su vida según este espíritu, para poder compartir el don del mensaje de la Divina Misericordia con los demás. El Santo Padre Juan Pablo II nos alentaba a hacerlo. Justo antes de consagrar el mundo a la Divina Misericordia en el Santuario de Cracovia – Łagiewniki, dijo que tenía el deseo ardiente de que el mensaje del amor misericordioso de Dios, proclamado aquí a través de santa Faustina, llegue a todos los habitantes de la tierra y llene su corazón de esperanza. Que este mensaje se difunda desde este lugar a toda nuestra amada patria y al mundo. Ojalá se cumpla la firme promesa del Señor Jesús: de aquí debe salir «la chispa que preparará al mundo para su última venida» (cf. Diario, 1732, ed. it., p. 568). Es preciso encender esta chispa de la gracia de Dios. Es preciso transmitir al mundo este fuego de la misericordia. En la misericordia de Dios el mundo encontrará la paz, y el hombre, la felicidad. Os encomiendo esta tarea a vosotros, amadísimos hermanos y hermanas, a la Iglesia que está en Cracovia y en Polonia, y a todos los devotos de la Divina Misericordia que vengan de Polonia y del mundo entero. ¡Sed testigos de la misericordia!
Mientras que la primera fase de desarrollo del Movimiento Apostólico de la Divina Misericordia (hasta 1959) se caracterizó por la espontaneidad y la falta de estructuras formales del culto de la Divina Misericordia, en la segunda etapa, en cambio, después de la revocación de la Notificación de la Santa Sede en 1978, se observa una clara tendencia hacia el establecimiento de estructuras específicas, como lo demuestran las diversas asociaciones, fraternidades y grupos de apostolado y grupos parroquiales de devoción a la Divina Misericordia con la aprobación de la autoridad eclesiástica correspondiente. Esta etapa se caracteriza también por un claro desarrollo de una reflexión teológica más profunda sobre la devoción a la Divina Misericordia, también acerca de la misión de Sor Faustina, que abarca aspectos sobre la identidad propia del Movimiento Apostólico Divina Misericordia, que surgió de su carisma y experiencia mística. En esta fase del desarrollo del Movimiento cabe destacar un fuerte deseo de formación en el espíritu de la Mise- ricordia. Hoy, para muchos de los Apóstoles de la Divina Misericordia no basta rezar coronillas, o incluso la práctica de todas las formas de devoción transmitidas por Sor Faustina, ni siquiera son suficientes las actividades apostólicas de misericordia que existen para proclamar el mensaje de la misericordia, sino que sus miembros desean tener una profunda y sistemática formación para profundizar su vida espiritual, y poder cumplir con éxito las tareas que se desprenden de la misión apostólica de Santa Faustina.
Dondequiera que se practique la devoción a la Divina Misericordia, se están llevando a cabo las distintas tareas del Movimiento Apostólico de la Divina Misericordia. Hoy en día, este movimiento está formado por millones de personas con diversas vocaciones. Hay personas que participan en este movimiento tras la clausura, otras en congregaciones activas, tanto en institutos masculinos o femeninos activos y seculares, así como sacerdotes diocesanos y laicos.
En el texto se han utilizado fragmentos de la conferencia dada por Sor Elżbieta Siepak ISMM, Apostolski Ruch Bożego Miłosierdzia: Stan aktualny, perspektywy, w: Być apostołem Bożego Miłosierdzia. Materiały z sympozjum (Movimiento Apostólico de la Divina Misericordia.Situación actual, perspectivas), en: Ser apóstol de la Divina Misericordia. Actas del Simposio, Cracovia 2001.
Traducción del polaco: Xavier Bordas Cornet