Solemos asociar a santa Sor Fasutina con las revelaciones de Jesús Misericordioso, con la misión profética de predicar al mundo la verdad bíblica sobre el amor misericordioso de Dios hacia el hombre, con la veneración de la Divina Misericordia y una nueva escuela de espiritualidad. No la asociamos tan frecuéntemente con las revelaciones de Virgen María y sin embargo el “Diario” cuenta varias decenas de encuentros de la Apóstol de la Divina Misericordia con la Virgen. Una de las revelaciones tuvo un carácter especial ya que hablaba del papel extraordinario de santa Faustina en los proyectos de la Divina Misericordia.
En la fiesta de Anunciación de 1936 Sor Faustyna vio a Nuestra Señora en la capilla del convento em la calle Żytnia en Varsovia. Aquel día María le dijo: Yo di al mundo el Salvador y tú debes hablar al mundo de su gran misericordia y preparat al mundo para su segunda venida. Él vendrá, no como un Salvador Misericordioso, sino como un Juez Justo. Oh, qué terrible es ese día. Establecido está ya es el día de la justicia, el día de la ira divina. Los ángeles tiemblan ante ese día. Habla a las almas de esa gran misericordia, mientras sea aún el tiempo para conceder la misericordia. Si ahora tú callas, en aquel día tremendo responderás por un gran número de almas. No tengas miedo de nada, permanece fiel hasta el fin, yo te acompaño con mis sentimientos (“Diario” 635).
En su declaración la Virgen se refiere también a nosotros e insiste en que llevemos al mundo el mensaje sobre el amor misericordioso de Dios hacia el hombre con el testimonio de la via, palabra, acción y oración.