El Jueves Santo es un día de acción de gracias a Dios misericordioso por el don del sacerdocio y la Eucaristía. Jesús me permitió entrar en el Cenáculo y estuve presente durante lo que sucedió allí. Sin embargo, lo que me conmovió más profundamente fue el momento antes de la consagración en que Jesús levantó los ojos al cielo y entró en un misterioso coloquio con su Padre. Aquel momento lo conocemos debidamente sólo en la eternidad. Sus ojos eran como dos llamas, el rostro resplandeciente, blanco como la nieve, todo su aspecto majestuoso, su alma llena de nostalgia. En el momento de la consagración descansó el amor saciado, el sacrificio completamente cumplido. Ahora se cumplirá solamente la ceremonia exterior de la muerte, la destrucción exterior, la esencia está en el Cenáculo (Diario 684).
En el Santuario de la Divina Misericordia, en Cracovia-Lagiewniki, el Jueves Santo (6 de abril), a las 18:00 el Obispo Jan Zając, custodio de honor del Santuario, presidirá la Santa Cena del Señor. La liturgia del Jueves Santo finalizará con la procesión con el Santísimo Sacramento hasta el Sepulcro el lugar de la Reserva, que tradicionalmente se dispone en la capilla del convento con la imagen milagrosa de Jesús Misericordioso y la tumba de santa Faustina. La adoración de Jesús en la Reserva durará toda la noche.