En la escuela de espiritualidad de Santa Sor Faustina, la palabra confianza significa la actitud del hombre ante Dios. En la parte de debajo de la imagen que Cristo encomendó pintar a Sor Faustina, están las palabras: Jesús, en ti confío, porque la confianza es la primera respuesta del hombre que conoce y experimenta el anticipante amor misericordioso de Dios. Esta palabra tiene un contenido muy rico, porque no significa solamente la fe en la existencia de Dios, en Su omnipotencia, en las verdades que Él reveló, sino también un actitud ante Dios, una actitud que abarca todos los aspectos de la vida y se expresa en el cumplimiento de la voluntad de Dios encerrada en los mandamientos, los deberes del estado y en reconocidas inspiraciones del Espíritu Santo. En los escritos de Sor Faustina, la confianza es igual a la noción bíblica de la fe, y significa encomendar la vida a Dios que es el mejor Padre, que desea para el hombre la felicidad temporal y eterna. Sor Faustina decía a menudo que la voluntad de Dios es para nosotros la misericordia misma. Y el cumplimiento de la voluntad de Dios es una medida concreta de la confianza en Dios. El Señor Jesús le dijo a Sor Faustina: Las gracias de mi misericordia se toman con un solo recipiente y éste es la confianza. Cuanto más confíe un alma, tanto más recibirá. Las almas que confían sin límites son mi gran consuelo, porque en tales almas vierto todos los tesoros de mis gracias. Me alegro de que pidan mucho, porque mi deseo es dar mucho, muchísimo. Me pongo triste, en cambio, si las almas piden poco, estrechan sus corazones (Diario 1578).
La actitud de confianza tiene el carácter dinámico; Sor Faustina iba desarrollándola hasta llegar a la entrega total a Dios en todas las dimensiones de la vida, usando medios muy sencillos, ordinarios, accesibles a todos, por citar el desarrollo de la fe, esperanza, amor, humildad y contrición, es decir las virtudes que condicionan la actitud de confianza. Y cada día cumplía la voluntad de Dios también en las cosas más pequeñas. Utilizaba estos medios con consecuencia, lo que más de una vez requería una gran fuerza de espíritu, radicalismo, intransigencia en la lucha con, como decía, la naturaleza podrida. Para edificar la actituid de confianza tenía que convertirse permanentemente, superar a sí misma, tanto sus debilidades como sus capacidades naturales como la lógica del intelecto. Más de una vez, Dios la puso en una situación cuando tuvo que renegar su intelecto, suspender la lógica de razonamiento humano para confiar y, en consecuencia, acoger y cumplir la voluntad de Dios. El Señor Jesús valoró altamente los esfuerzos de Sor Faustina por el desarrollo de su actitud de confianza, diciéndole: Tienes grandes e inexpresables derechos sobre mi Corazón, porque eres una hija de plena confianza (Diario 718).