Entre todos los preparativos para la Navidad, lo más importante es preocuparse por los asuntos espirituales, para preparar el alma para el nacimiento del Hijo de Dios. Por eso, en este período llevamos a cabo una serie de actividades destinadas a organizar nuestra vida espiritual, asistimos a retiros, a días de recogimiento y al sacramento de la reconciliación. En muchos santuarios de la Divina Misericordia, entre otros, el de Cracovia-Lagiewniki y el de Plock, y en otros Santuarios e Iglesias se crean largas filas para la confesión. Sin esta preparación para la Navidad, estaríamos privados de la alegría profunda de la presencia de Dios en el alma; serían sólo días libres en el trabajo y oportunidad de recibir regalos, que sólo dan alegría momentánea. Adam Mickiewicz escribió: „Crees que Dios nació en un pesebre de Belén, pero ay de ti, si no nace dentro de ti”.