Mapa del Santuario debajo del texto
Esta es la pequeña y estrecha habitación donde Sor Faustina vivió las últimas semanas de su vida y donde, el 5 de octubre de 1938 a las 22:45, pasó a la casa del Padre Celestial. Era un día que impacientemente aguardaba desde hacía muchos años, porque con todo su corazón amaba a Dios, conocía perfectamente su amor misericordioso y quería vivir con Él para siempre, sin el velo de la fe, sino cara a cara. Por la tarde de ese día el P. Józef Andrasz S.J., su director espiritual en Cracovia, la confesó por última vez y por la noche las hermanas con el capellán rezaron pidiendo las gracias necesarias para ella en la hora de su muerte. De lo dicho fueron testigos Sor Amelia Socha y Sor Eufemia Traczyńska quienes tenían mucho deseo de ver morir a la santa. Las despertó por error Sor Liguoria que estaba de guardia, y cuando las dos llegaron a la enfermería «Sor Faustina como que abrió un poco los ojos y sonrió un tanto, y luego inclinó la cabeza y ya…». Sor Amelia dijo: «“Creo que ya está muerta, ha muerto”. Miré a Sor Amelia pero no dije nada, seguimos rezando. El cirio ardía todo el tiempo».
Sor Faustina ya había visto el cielo en agosto de 1936 cuando el Ángel de la Guarda la llevó delante del trono de Dios. «Vi una claridad grande e inaccesible, —escribió en su Diario— vi el lugar destinado para mí en la cercanía de Dios, pero cómo es, no sé, porque lo cubría una nube, pero mi Ángel Custodio me dijo: “Aquí está tu trono, por la fidelidad en el cumplimiento de la voluntad de Dios”» (Diario 683). El día de su muerte vio este “trono”. A partir de entonces ve a Dios cara a cara y es plenamente feliz.
En sus experiencias místicas había tenido la oportunidad de visitar a las almas sufrientes en el purgatorio (Diario, 20). Vio sus sufrimientos y sus anhelo de Dios y de apoyo de las personas que viven en la tierra, porque sólo ellas pueden ayudarlas a través de sus oraciones, sacrificios y del uso de las indulgencias depositadas en el tesoro de la Iglesia. El ángel la llevó también al abismo del infierno. Sor Faustina describió los terribles tormentos que sufren los condenados por su propia voluntad, porque eligieron la eternidad sin Dios. En su mayoría son las almas que no creían que existiera un infierno. «Yo, Sor Faustina, —apuntó en su Diario— por orden de Dios, estuve en los abismos del infierno para hablar a las almas y dar testimonio de que el infierno existe», (Diario 741), para que nadie se disculpara de no conocerlo.
Ella vio también la felicidad de los habitantes del cielo y confirmó las palabras de san Pablo, quien confesó que ni el ojo vio, ni el oído oyó, ni al corazón del hombre llegó, lo que Dios preparó para los que le aman (1 Cor 2,9). Aunque en el cielo los santos experimentan la felicidad plena, no es que no tengan posibilidad de actuar. Adoran a Dios, pero también interceden por la Iglesia peregrina en la tierra, porque hay un intercambio mutuo de dones entre los fieles de la tierra, los que sufren en el purgatorio y los que son felices en la gloria del cielo. De esta verdad de la fe brotó la profunda convicción de Sor Faustina que después de la muerte será capaz de hacer aún más bien, y así declaró: «¡No te olvidaré, pobre tierra!, aunque siento que me sumergiré inmediatamente toda en Dios, como en un océano de felicidad, eso no me impedirá volver a la tierra y dar ánimo a las almas e invitarlas a confiar en la Divina Misericordia. Al contrario, esa inmersión en Dios me dará unas posibilidades ilimitadas de obrar» (Diario 1582).
En esta habitación hay ahora un oratorio donde reposan las cenizas del cuerpo de Santa Faustina en un ataúd debajo del altar y las reliquias de más de cien santos y beatos. Como la entrada al oratorio se encuentra detrás de la clausura del convento, los peregrinos pueden visitarlo sólo una vez al año, el 5 de octubre, el día del aniversario de la muerte del Apóstol de la Divina Misericordia.
- Portón de la entrada
- “Casa de Santa Faustina” – alojamiento, museo
- Convento
- Casa de “Antoninek” – la Asociación “Faustinum”
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Capilla de Jesús Misericordioso y de la tumba de Santa Faustina
- Oratorio – el lugar de la muerte de Santa Faustina
- Capilla de la Pasión del Señor
- Basílica de la Divina Misericordia
- Capilla de Santa Faustina – italiana
- Capilla Communio Sanctorum – húngara
- Capilla de San Andrés – greco-católica
- Capilla de la Santa Cruz – alemana
- Capilla de la Madre de Dios de los Siete Dolores – eslovaca
- Capilla de la Adoración Perpetua
- Torre mirador
- Cementerio del Convento
- “Casa de Santa Sor Faustina” – restaurante, recuerdos, charlas
- Casa de pastoral – alojamiento, restaurante
- Centro de Educación Juvenil de Santa Sor Faustina
- Punto de Información
- Pasaje comercial – la tienda de la editorial Misericordia
- Auditorio de San Juan Pablo II
- Aparcamiento – para autoóviles de turismo
- Aparcamiento – para autocares y automóviles de turismo
- Aseos
- Puente de la Misericordia – paso hacia el Santuario de San Juan Pablo II y a la parada de tranvía.